·
Indican claramente cuáles son sus propias fuentes. En la medida en que sus
fuentes, a la vez, sean fuentes confiables, mayor será la credibilidad
acumulada.
·
Aplica razonamientos o interpretaciones comprensibles. Es decir, expone sus
ideas de manera clara, transparente, frontal, sin ocultar información y sin
conclusiones disparatadas.
· Evita
el plagio y la repetición. El manejo responsable de la información pasa por no
repetir a ciegas lo que otros dicen, ni robarse la información que terceros han
rescatado, sino que aborda de manera seria y paulatina el tema de interés.
·
Maneja distintas perspectivas. La elección de las fuentes puede revelar un
sesgo en cualquier investigación, por lo que siempre se estima responsable
abarcar la mayor cantidad posible de puntos de vista, incluso cuando sean
contradictorios. Un texto responsable no tiene nada que ocultar.
· Está
legitimado por terceros. En la medida en que una fuente sea considerada
confiable por una gran cantidad de investigadores serios, será más probable que
sea confiable, pues es muy difícil engañar el criterio de cientos de
profesionales de la investigación por siempre.
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